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11 Aunque están cubiertos con ropa muy fina, no pueden protegerse del polvo que hay en el templo; por eso la gente tiene que limpiarles la cara. 12 Hasta hay uno de esos ídolos con un bastón de mando en la mano, como si fuera el gobernador del país; pero si alguien lo insulta, no puede castigar al ofensor. 13 Hay otro que lleva en la mano derecha una espada y un hacha; pero no se puede defender de sus enemigos ni de los ladrones.

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